Alegre, triste, soñador, depresivo, puntual. Estas son algunas de las muchas características que utilizamos en nuestro día a día para definir a la gente que nos rodea. Ahora bien, no solo las personas pueden ser etiquetadas, sino que las empresas también pueden recibir o elegir entre los diferentes arquetipos de personalidad. Estos definen una marca y pueden resultar una de las mejores herramientas de marketing para conseguir clientes.
Los arquetipos de personalidad son una serie de esquemas innatos o patrones emocionales que están en nuestro inconsciente y nos ayudan a comprender el mundo. Fue el famoso psicoanalista Carl Gustav Jung quien teorizó sobre la existencia de estos 12 arquetipos y su teoría se ha extendido a otros ámbitos, como la publicidad o el marketing. En la actualidad, cualquiera de las marcas más conocidas se ha construido a partir de un arquetipo.
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Por tanto, si eres el responsable de una empresa debes preguntarte: ¿cuál es mi arquetipo? Aunque no lo hayas desarrollado de forma voluntaria, la gente te estará percibiendo como alguno de ellos, por lo que es mejor que seas tú quien dirija la acción. Además, los arquetipos de personalidad te van a proporcionar tres ventajas adicionales:
- Conexión: definir bien tu arquetipo te permitirá una mayor conexión y vinculación con tu audiencia.
- Diferenciación y memorabilidad: te ayudará a diferenciarte de la competencia y a permanecer en el recuerdo de la gente.
- Venta: una buena personalidad arquetípica es sinónimo de una mayor cantidad de ventas.
Fases para definir tu arquetipo
“Mi personalidad es mi marca”. Se trata de una frase que bien podría ser el lema de entrada a la oficina. Definir bien tu arquetipo de personalidad supone una puerta de acceso a grandes resultados comerciales. En ese sentido, es muy importante que, cuando crees o modifiques la estrategia de marketing, sepas las cualidades y propiedades que te diferencian de la competencia. Todo ello sin olvidar cómo te perciben tus clientes.
Entre las fases que debes tener en cuenta para definir tu personalidad de marca no debes olvidar:
- Investigar muy bien los aspectos relevantes de cada arquetipo de personalidad descrito por Jung.
- Tener claro el origen de tu marca. Debes conocer tu historia y vincularla a tu personalidad.
- Precisar cuál es el arquetipo que mejor se ajusta a tu marca.
- Definir tu estrategia de contenidos enlazando con tu arquetipo. Tu visión, tu misión y tus valores deben estar claramente alineados con la personalidad elegida.
Los 12 tipos de arquetipos
¿Y cuáles son los arquetipos de personalidad? Hay 12 opciones entre las que puedes elegir:
- El inocente: optimista, soñador y con mucha autoconfianza. Transmite honestidad y su mayor objetivo es generar bienestar en terceros.
- El hombre corriente: busca conectar a través de la empatía. Denota poca ostentación y pretende dar respuesta a preocupaciones cotidianas.
- El explorador: se caracteriza por la independencia, la osadía y la necesidad de superar retos y reinventarse continuamente. La marca Red Bull, por ejemplo, se vale de este arquetipo y lo desarrolla apostando por el patrocinio de actividades de deporte extremo.
- El sabio: sirve de guía moral para los demás. En el caso de las marcas, son aquellas que quieren ser una referencia y creen en la importancia del conocimiento.
- El héroe: demuestra su valor realizando actos heroicos, mejorando el mundo y consiguiendo una victoria tras otra.
- El forajido: son marcas para las que las reglas están diseñadas para romperse. Tienen su propio esquema moral y sacan el lado más salvaje de su audiencia. El ejemplo más emblemático de este arquetipo es Harley Davidson.
- El mago: manda la imaginación y la inspiración. En el caso de una marca el objetivo es ayudar a la gente a desarrollar su potencial.
- El amante: pasión, sensualidad y romanticismo es lo que define este arquetipo de personalidad. Si es el elegido, significa que tienes el objetivo de que tus clientes se sientan deseados. Es común en marcas de perfume o ropa interior.
- El bufón: útil para marcas frescas y con una actitud cómica e irreverente. Lo más importante es disfrutar del presente y ser espontáneos.
- El cuidador: la prioridad es proteger a los demás. Si en un claim encuentras el mensaje “protege a los tuyos”, estás ante una marca con este arquetipo. La ONG Médicos Sin Fronteras entraría dentro de esta categoría.
- El creador: propone una cultura propia marcada por la imaginación y conceden al usuario la posibilidad de desarrollar su creatividad mediante sus productos. La marca Lego, con sus bloques para que cada usuario diseñe su propio mundo, es un claro ejemplo de este tipo de personalidad.
- El gobernante: es el líder, el que decide las reglas. En marcas, es aquella que apuesta por el contenido premium que va dirigido a un público de alto estatus. Su mensaje es que no cualquiera puede tener su producto.
¿A cuántas marcas de las más importantes has conseguido identificar? Probablemente te hayan venido muchas a la cabeza y, si no ha sido así, puedes repasar alguna campaña publicitaria y seguro que los arquetipos de personalidad cobrarán aún más sentido. Al fin y al cabo, todas las marcas necesitan adoptar el suyo propio.
En definitiva, un consejo vital es repasar a fondo toda la información sobre los arquetipos de Carl Gustav Jung. No hay que precipitarse, lo importante es analizar bien para seleccionar aquel que mejor se ajuste a tus productos. También es recomendable que tu selección tenga en cuenta el vínculo emocional con tu cliente, que será fundamental para la adquisición de tus productos y, sobre todo, para que se vincule y sea fiel a tu marca.
Bufón, cuidador, creador, inocente, mago… Una sola palabra puede ser clave para tu negocio. Tu arquetipo de personalidad es tu tarjeta de presentación. ¡Conócelo! Si lo haces, definirás mejor tu marca, entenderás más a tu buyer persona, tendrás más pistas para desarrollar tus contenidos y añadirás valor a tu propuesta.
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