En marketing no se puede actuar sin reflexión. La evaluación de las opciones es clave a la hora de lanzar un producto, una marca, un contenido o cualquier campaña promocional. En ese sentido, es vital que las empresas conozcan las diferentes estrategias que pueden utilizar. Una de ellas son las estrategias push y sus ejemplos.
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También conocidas como estrategias de “empuje” o, lo que es lo mismo, una serie de acciones con el objetivo de dirigirse hacia los intermediarios y, por extensión, hacia los consumidores. Dicho de una manera coloquial se trata de “alzar la voz” y con el viejo sistema del pregonero “anunciar nuestro mensaje”.
¿Qué son las estrategias push y por qué utilizarlas?
Las estrategias push son un conjunto de acciones con sentido descendente, es decir, parten de la empresa y se dirigen al consumidor. Su objetivo principal es conseguir que el usuario compre el producto a través de las acciones de marketing seleccionadas. Se consideran de “empuje” porque “la empresa empuja a la venta”.
Son varias las razones por las que se puede usar este tipo de estrategias, pero, fundamentalmente, se utilizan cuando se está lanzando un nuevo producto. Tanto si se es una marca destacada como si no, un lanzamiento de algo novedoso es algo que debe llegar a los usuarios. Las estrategias push también son muy útiles para situaciones donde se busca destacar en un mercado con mucha competencia.
La mejor manera de conocer qué son las estrategias push es con los ejemplos de las diferentes fórmulas que pueden adquirir. ¡Presta atención a las siguientes opciones!
- Anuncios en televisión, radio o redes sociales: una fórmula clásica que todos los consumidores conocen. Muchas han sido las compras de productos que se han originado de forma inconsciente al escuchar un anuncio mientras se realiza otra actividad.
- Campañas telefónicas: en este caso la empresa empuja mediante la realización de llamadas telefónicas para informar de su nueva oferta o promoción. ¿Quién no ha recibido una llamada que comienza con la pregunta “conoces nuestra nueva campaña”?
- Promociones en ferias y congresos: otra vía de empuje, en este caso mediante la presencia en eventos donde existe la posibilidad de presentar las últimas novedades a los participantes.
- Venta directa a clientes: otro ejemplo de estrategias push es la venta directa, cuya fórmula más habitual es el “face to face”. Un caso literal de “salir a la calle” para empujar a la venta de nuestro producto.
- SEM: mediante esta estrategia se busca posicionar anuncios de pago en los buscadores para que aparezcan a los usuarios. Es, por tanto, otra fórmula de empuje.
- Marketing de afiliación: las empresas también pueden apostar por la promoción de un producto en canales de terceros o en sitios web.
Las estrategias push y sus ejemplos no son algo novedoso, sino que llevan tiempo utilizándose. No obstante, como ocurre en el marketing, la reinvención debe ser una constante. Es por ello por lo que en los últimos años están surgiendo nuevas estrategias push que, por ejemplo, se apoyan en el Big Data o en la geolocalización de datos para posicionar los contenidos. Una evolución que puede representar una mejora de los resultados.
Las ventajas de las estrategias push y sus ejemplos
Empujar al consumidor hacia el descubrimiento de nuestro producto y su compra mediante las estrategias push presenta una serie de ventajas para las empresas. Por un lado, es posible llegar a un número amplio de usuarios aunque, esto también puede convertirse en una desventaja si no se ha realizado una segmentación adecuada. Otras ventajas de las estrategias push son la obtención de un alto volumen de leads y la rapidez con la que se puede llegar a alcanzar resultados.
¿Cuándo se recomienda su uso?
Las ventajas mencionadas en el punto anterior no son automáticas. Detrás de la implantación de estrategias push hay mucho trabajo y, es importante conocer las situaciones donde su uso puede resultar más rentable. Algunas de los casos donde podemos maximizar las ventajas de estas estrategias son:
- Cuando buscamos resultados en el corto plazo.
- Cuando hay una lealtad a la marca baja.
- Cuando el producto no tiene mucha demanda de ofertas.
- Cuando no hay demasiada diferencia con otros productos de la competencia.
No confundas estrategias push con estrategias pull
Aunque su nombre es muy similar, las estrategias push y las estrategias pull no son lo mismo. Hablamos de dos maneras opuestas de enfocar el marketing aunque también pueden ser complementarias y que una empresa se beneficie del uso de ambas. Además, las dos proceden del modelo clásico AIDA: Atención, interés, deseo y acción.
La gran diferencia está en el hecho de que las estrategias pull o “de atracción” se dirigen de manera directa al público objetivo, es decir, no requieren de intermediarios.
Sea mediante el uso del SEM, de la venta directa, de un anuncio o de una campaña publicitaria, las estrategias push presentan muchos ejemplos para conseguir su objetivo de empujar a la compra y generar audiencia. Si tienes una empresa y en las próximas fechas lanzas un nuevo producto está puede ser la mejor fórmula para darlo a conocer.
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