La resolución de problemas, la gestión efectiva del tiempo o las habilidades comunicativas forman parte de las competencias blandas de un trabajador. Los conocimientos técnicos de los empleados siguen siendo importantes para las empresas de hoy en día. Pero de nada sirven si estos no van acompañados de otro tipo de destrezas relacionadas con la inteligencia emocional.
Con estas cualidades, el empresario espera que los integrantes de su equipo sepan adaptarse a los cambios del mercado y aporten soluciones más creativas que permitan a la empresa mantener su competitividad.
¿Qué son las competencias blandas?
Las competencias blandas son las cualidades de una persona que determinan su fuerza como líder, oyente, negociador o mediador de conflictos. Hablamos de su capacidad de comunicación, de su empatía, creatividad o de su habilidad para adaptarse a los cambios.
El estudio Soft Skills en docencia universitaria de la Incubadora de Talento Spain afirma que es necesario que los estudiantes (los trabajadores del futuro) aprendan a desarrollar este tipo de competencias para poder acceder al mercado laboral y, una vez dentro, tengan la capacidad de adaptarse y actuar en un entorno de trabajo cada vez más cambiante y desafiante.
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El informe Escasez de Oportunidades Laborales para Jóvenes, de Manpower Group, indica que, de una muestra de 3.000 jóvenes latinoamericanos con edades comprendidas entre los 18 y 29 años, el 4 % afirma que una de las razones para no contratarlos es la falta de habilidades blandas como la comunicación, el liderazgo o el trabajo en equipo.
Los profesionales de los Recursos Humanos reconocen que las competencias blandas de un candidato son tan importantes como las duras. Entre dos trabajadores con las mismas habilidades para el desempeño de las funciones asociadas a su cargo (por ejemplo: un diseñador que sepa utilizar Illustrator o Photoshop), conseguirá el puesto aquel que sepa adaptarse a los cambios, trabajar en equipo o que sepa tomar decisiones en los momentos clave.
Diferencia entre las competencias blandas y las competencias duras
La diferencia entre unas habilidades y otras es más fácil de entender con un ejemplo. Ponemos como ejemplo que nuestra empresa necesita contratar a un diseñador gráfico para desarrollar las campañas creativas de sus clientes.
Para conseguir el puesto, el candidato debe poseer los conocimientos técnicos necesarios para desarrollar su trabajo: experiencia en el uso de los softwares específicos de diseño, dominio del inglés para poder hablar con los clientes extranjeros y experiencia en gestión de campañas de marketing, entre otros. A todas estas habilidades se les conoce como competencias duras.
Pero, además de estas, la empresa exige que el candidato posea otro tipo de destrezas para poder desarrollar su trabajo de manera eficiente: creatividad, atención a los detalles, capacidad de comunicación para entender y hacerse entender ante los clientes, paciencia, empatía para poder trabajar en equipo, capacidad de organización, etc. A todas ellas se las conoce como habilidades blandas o soft skills.
Competencias blandas más buscadas para conseguir un trabajo
Las competencias necesarias para lograr un trabajo dependen en gran medida de la naturaleza del puesto. Las habilidades blandas que se precisan para ser miembro de un bufete de abogados no son las mismas que las de un operario que apenas sale de su taller.
Además, la pandemia también ha cambiado la política de las empresas al respecto. Si antes de la Covid-19 se valoraba mucho el trabajo en equipo y la capacidad de liderazgo, después del confinamiento las empresas entendieron que hay otras cualidades que hacen valiosos a sus empleados: capacidad para adaptarse a los cambios, creatividad, resiliencia, tolerancia, etc.
En estos momentos, las soft skills más valoradas por las empresas son:
- Saber gestionar los conflictos, sobre todo en aquellos puestos que implican el trabajo en equipo.
- Gestión del tiempo disponible. La capacidad de organización de un trabajador está directamente relacionada con su productividad y eficacia en el trabajo.
- Manejo del estrés. La salud mental de los empleados cada vez es más importante para la empresa. Las bajas laborales disminuyen cuando los trabajadores aprenden a gestionar el estrés que implica el desarrollo de sus tareas.
- Saber comunicar. La capacidad para dar y recibir feedback ayuda al trabajador a mantener su compromiso con la empresa.
- Saber afrontar los cambios, de forma que cuando tenga lugar uno de ellos, el empleado pueda seguir haciendo su labor de forma eficaz.
- Capacidad para saber tomar decisiones, sobre todo en los momentos en los que surgen un conflicto.
- Proactividad, es decir, saber actuar ante situaciones que requieren otra forma de hacer las cosas.
- Inteligencia emocional, o la capacidad de controlar las emociones y ver cómo influyen tanto en nosotros como a nuestros compañeros.
- Que el candidato encaje bien con la filosofía y cultura de la empresa.
- Saber trabajar en equipo también es importante para obtener el mejor resultado para la empresa. Esta habilidad está directamente relacionada con poseer un perfil colaborativo y flexible.
- Disponer de un perfil orientado a los objetivos implica desempeñar todas las tareas que sean necesarios para alcanzar unos resultados previamente definidos.
Estas son solo una parte de las competencias blandas que las empresas exigen a sus trabajadores. Pero hay más: el liderazgo, la perseverancia, la paciencia, etc.
No es preciso que un trabajador cultive todas ellas, sino solo aquellas que le permitan ejercer su labor profesional de forma eficaz y competente. La capacidad para desarrollar unas y otras puede marcar la diferencia entre varios trabajadores a la hora de acceder a un puesto.
En Witei creemos que la comunicación fluida, la colaboración entre equipos y mantener una actitud positiva en todo momento son fundamentales para que exista un excelente clima laboral en la empresa.
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